Greta
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Un viaje de vuelta a casa.
2016 Chile
Czy nielegalność twojej aborcji wpłynęła na twoje uczucia?
Si, miro hacia atrás y veo que me sentía asustada por posibles complicaciones que pudiese haber tenido y el como iba a ser el proceso de acudir al hospital publico y pedir ayuda. Ahora que ese momento ya pasó, me doy cuneta que solo tenía que contar la historia que Women on Web sugiere y que no habría mas cuestionamientos. Me complicaba mucho por ejemplo, qué decirle al médico cuando con mi pareja fuimos a hacer la ecografía posterior al aborto, y la verdad, fue muchísimo mas simple que lo que yo pensaba.
Jak inni ludzie zareagowali na twoją aborcję?
Cuando nos hicimos el test con mi pareja, y supimos que estaba embarazada, recibí todo su apoyo para la decisión que yo tomara. Le dije que no estaba preparada para ser madre, así como no estábamos en conjunto listos para ser padres, nuestra relación de pareja estaba en plena construcción, si bien llevábamos 4 años de relación, habíamos terminado un par de veces y nos habíamos dado tiempos muy extensos para estar a solas, recién veníamos encontrándonos después de 8 meses de distancia y no era la relación estable que queríamos ofrecerle a nuestro hijo. Venimos de familias disfuncionales en cierto sentido y no quisimos repetir la historia. Optamos por trabajar en nuestras heridas personales antes de enfrentar el desafío de traer una nueva vida al mundo. Desde el comienzo tratamos al embrión que crecía en mi vientre, como nuestro hijo, nos costó mucho, pero no podíamos hacer como si no fuese una persona, conversamos mucho el tema y lo aceptamos desde el amor, agradeciendo habernos elegido como sus padres y convencidos de que era un alma sabia encarnada, le pedimos que nos comprendiera en la decisión que estábamos tomando y que siempre tendría un lugar en nuestras vidas, haciéndose parte de nuestro árbol genealógico aun sin haber nacido. El tiempo que gesté a este niño, le entregué mucho amor y protección, no tome ninguna planta abortiva (tenia demasiadas semanas como para que hicieran su efecto abortivo, solo servirían para "incomodarlo"), me alimenté bien, dormí bien, no tome alcohol ni drogas, cada día cuando viajaba en bus a mi trabajo, me tocaba el vientre y le conversaba y cuando se acercaba el día del aborto, le decía y explicaba que lo iba a liberar de mi cuerpo y que todo iba estar bien, que pasaría de llevarlo en mi vientre a llevarlo en mi corazón, para que viviera conmigo para siempre. Fue un compañero muy amable. Mi pareja y yo, acordamos hacer una especie de tregua con los conflictos que teníamos en nuestra relación, hasta que el viaje de Rafael, así le bautizamos, llegara a su fin y el proceso lo completáramos bien. El día de tomarme la mifeprestona fuimos a un café muy bonito, nos sentamos frente a una chimenea y después de una plegaria y oración, me tome la píldora. Seria el inicio del proceso médico. Después de eso me fui a casa y el día siguiente fui a trabajar. A eso del mediodía sangre un poquito, y me di cuenta de que el medicamento estaba haciendo efecto. Esa tarde, nos juntamos con mi pareja en casa y tome las dosis mientras terminaba de hacer aseo... me había atrasado! y preparábamos una camita en el primer piso, pues me recomendaron no dejar la cama en el segundo piso por las molestias. Habíamos comprado una tela muy linda para limpiar un poco de sangre con ella y después hacer un ritual de entierro de Rafael. También habíamos comprado chocolate, frutas y aguas de hierbas. Durante esa tarde-noche, mi compañero, me ayudó mucho estando conmigo y haciéndome reír, puede sonar extraño que riéramos pero sin duda, me ayudó mucho a pasar las contracciones que venían con el misotrol. Cuidamos de tener todo temperado y no pasar frío. En la madrugada después de la segunda dosis veía que no había sangrado y me angustié mucho pensando que no había dado resultado, caminé, hice ejercicios de relajación y todo lo que se ocurrió, sin embargo no bajaba el flujo de sangre. Decidimos que me tomaría la 3era dosis de emergencia para estar muy segur@s de que resultaría pues estaba al borde de las 9 semanas. Mi compañero me calmaba y estuvimos conversando un poco, hasta que se me pasó la angustia y decidimos dormir. La verdad, mi sangrado fue muy paulatino, y muy escaso al principio, pensaba que no estaba resultando pero luego al ver que el sangrado era continuo al tiempo que pasaban los días, interprete que estaba botando el endometrio y el embrión, si bien nunca lo vi salir. Un poco de esa sangre la empapé en la tela que habíamos comprado, y que pretendemos llevar a un lugar bonito para enterrarla y devolverla a la tierra. Le escribimos cartas de despedida a Rafael y siempre le transmitíamos que no era falta de amor hacia él, lo que habíamos decidido sino un proceso de depuración, de muerte a antiguos patrones que vivían en mi y en mi pareja, historias de nuestros padres que si no interveníamos, se iban a repetir en el dolor y el daño, quisimos decidir cuando ser padre y madre, cuando estuviéramos mas sanos por dentro, mas saludables de alma para ofrecerle una familia sana a nuestro hijo o hija. Todo esto fue un viaje para el Alma que él era, un viaje de vuelta a la fuente, a la esencia de la vida. No sé si Rafael reencarnó en otro vientre o me acompaña en esta vida, le dije que era libre de hacer lo que deseara, de cualquier manera, el es nuestro primer hijo, al que amamos desde que supimos su existencia y al que, sin embargo, decidimos acompañarlo en su viaje de vuelta a casa.
Marilyn Ramos Morenita. !
Yo decido, yo hago lo que quiero con mi cuerpo y nadie tiene porque decirme…