Anto
2016 Chile
En octubre del 2016 quede embarazada por segunda vez, a mis 25 años. A los 21 decidí tenerlo, lo sentí así, y mi pareja me apoyó. Estando ambos en la universidad tuvimos que darle un vuelco a la vida tratando de mantener lo esencial que era terminar nuestras carreras para poder darle un sentido y un piso firme a nuestro hijo. Cuando la situación, a fines del año pasado volvió a suceder todo fue muy distinto. No sentí nada de lo que sentía la vez anterior y paradójicamente todo se volvía a repetir. Desde que empecé a sospechar que volvía a estar embarazada sostuve en mi mente la idea de que no lo quería, y sentí muchas cosas al respecto, pero me mantuve firme con la convicción de que si yo no estaba lista para tenerlo no lo iba a hacer, porque no se trata de cualquier decisión. Criar un hijo no es algo que sea igualable a otra actividad en el mundo, ser madre comprende muchas cosas, y a pesar de amar con todas mis fuerzas a mi hijo, lo agotada que me siento, mas que nada emocional y psicológicamente es fuerte, tener otro hijo ahora, en este momento, solo me traería angustia y recelo porque tendría esta vez, dejar de lado muchas cosas, cosas que afectaría mi personalidad, mis ganas de afrontar y desarrollar la vida y eso a la vez, incidiría en la persona que mas amo.. Es difícil escribir sobre esto, y hago el preámbulo antes de contar lo que sucedió en el día porque siento que es igual de fuerte que el momento mismo del aborto. A pesar de sentirme segura de hacerlo, era inevitable sentir tristeza de tener que hacerlo, sentir que podrían las cosas estar diferentes para haberlo podido recibir, para haberlo podido empollar. Y todas esas dudas, desgarraban mi corazón, me sentía mala, podrida y como es de costumbre, me descalifiqué como quise. Pero lo superé. Women on web, el abortodeclau, y folletos de aborto que lei fueron una gran ayuda para mi. Mi pareja, el padre de mi hijo, también lo fue, en la medida que corresponde, ya que esto es muy muy nuestro, es un momento muy intimo para con nosotras mismas. Entre la séptima y octava semana lo hice. Con mi pololo contactamos a las personas que nos venderían las pastillas por internet y creo que tuvimos mucha suerte, ya que en el momento de la transacción, la que hizo mi pareja con el, este le entrego las 12 pastillas de misopostrol, y nos recomendó comprar domperidona para tomarme 2 una hora antes de comenzar a hacerlo, evitando sentir nauseas y asi no peligrar vomitar las pastillas que pondría bajo la lengua. Nos dio pauta de comidas y su numero para estar en contacto por cualquier cosa. Fue un dia martes, dejamos a nuestro hijo en el jardín y nos quedamos solos en casa, donde vivíamos también con mis padres y hermana. Debo decir que estuve tiritando de miedo al momento de colocar las pastillas bajo mi lengua. Creo que el miedo de lo que podría pasar en mi cuerpo era inevitable y no había nada que lo calmara, fue tan duro, estresante y tristes los días antes de hacerlo que creo que reproduje las imágenes de lo que podía pasar mas de 100 veces, de manera tortuosa por mi mente. En fin, fui muy obediente en cuanto a las dosis recomendadas, después de la primera no tuve mas que dolores de estomago y diarrea, diarrea fuerte, pero nada de sangre, todo muy tolerable por mi cuerpo. Despues de la segunda comenzó a subir mi temperatura corporal y comencé también a manchar muy poco, de un color oscuro como rojo y café. Despues de la tercera y ultima dosis empezó a bajar todo muy fuerte, pero sin mucho dolor, me bajo la sangre con un ritmo mas elevado que de la regla mensual y decidí darme una ducha, pero no paraba y empece a asustarme pensando que quizás era una emorragia pero no. Recuerdo que aprovechaba de dormir cuando bajaba un poco la intensidad, estaba pendiente de que entre toda esa sangre saliera lo que debía salir y nunca estuve segura si es que salió o eran solo coabulos. El dia pasó y en el siguiente bajo la intensidad de la regla a una intensidad normal. A los 5 dias después venia de vuelta desde el sur en el auto y sentí una molestia fuerte (pero soportable) y que la sangre volvia a fluir fuerte y en eso sale algo. Paré en una bencinera para ir al baño a ver que pasaba y había votado algo con un aspecto de carne, pequeño del tamaño de una pulgada mas o menos pero no estaba segura de que fuera lo que tenia que botar. En fin, esa fue la ultima molestia. Despues de 3 semanas, en diciembre, fui a un ginecólogo nuevo, y le dije que la regla me estaba durando mucho, ya que seguía sangrando (sangré hasta fines de enero) asi que me mando a hacer una eco transvaginal y en ella constate que mi utero estaba libre de cualquier rastro, eso si me encontraron un quiste en el ovario izquierdo de 5 cm, y me dijieron que tenia el utero” hacia atrás”, como en una posición poco común pero que no tenia nada de malo tampoco, el ginecólogo me receto pastillas nuevas y eso, la experiencia quedo tatuada en el 2016.
¿La ilegalidad del aborto afectó sus sentimientos?
Han pasado los meses y me siento tranquila por lo que hice, no me arrepiento ni tampoco siento culpa. Eso si, creo que me a ayudado a replantear muchas cosas personales con respecto a mi seguridad, a la exploración conmigo misma y con el valor que siento que tengo en este mundo, el poder de decidir sobre mi cuerpo, claro que hibiera sido mejor haberme podido intervenir de manera tranquila en algún servicio de salud y detesto a mi país por no permitirnos hacerlo, y que a estas alturas solo se este planteando poder permitirlo en casos de violación y de invialidad, poniendo reglas sobre la decisión que cada una desea tener con su cuerpo, me duele, porque mi abuela tuvo que parir a una hija después de una violación multiple. Me duele pensar que estamos tan atrasados, que nos preocupamos como sociedad tanto de hablar sobre el otro sin siquiera saber que es lo que piensa que es lo que siente, y son esas determinaciones sociales las que hacen que en el parlamento los malditos se llenen la boca hablando sobre nuestros cuerpos, sobre NUESTRA DECISIÓN. Las mujeres que mas amo en la vida fueron violadas por hombres, y nunca hubo justicia porque en este país esa justicia no existe, pero existen leyes que me acusarían y me transformarían en una asesina. Pienso que la justicia no existe, y si las condiciones de vida y de apoyo con respecto a nuestra valoración como mujeres no fuera tan vulnerable, nuestras decisiones incidirían mas en nuestra vida que las decisiones sociales pudiendo asi incidir en ellas.