Angélica
2013 Chile
No fueron muchas mis emociones respecto a este tema, solo sabía que debía tomar una decisión. ¿Por qué debía tomarla? Porque cometí un error, una irresponsabilidad: permití que dentro mío se alojara algo que prometía convertirse en un ser humano. Si tú también lo hiciste, te digo: Es normal sentir miedo, es normal sentir culpa, de cierta forma lo somos: somos cobardes y somos culpables. Pero estás en uno de esos momentos en el que la decisión que tomes cambiará tu vida, así que deber tomarla con precaución. Si quieres un consejo te diría HAZLO! Decídete. Sé que es difícil, sé que por tu mente podrán pasar miles de interrogantes. ¿Qué hago si se entera mi familia? ¿Qué hago si surgen complicaciones? ¿Qué hago si me persigue la ley? ¿Qué hago con mi religión, que me inculcó siempre que el aborto no es el camino? ¿Qué hago con el dinero que necesitaré a futuro, si es que decido tener el bebé? ¿Qué hago...? ¿Quieres saber qué hacer? Te diré lo que yo hice: Yo fui fuerte, me hice responsable. Quizás no estés de acuerdo con mi decisión, pero en mí situación estoy segura de que fue lo correcto. Es necesaria mucha fortaleza a la hora de abortar, necesitas muchas seguridad y confianza. Pero luego, cuando todo se ha terminado, cuando ya lo hiciste y no hay vuelta atrás, cuando el tema de tu embarazo solo es un mal recuerdo y un error que no volverás a cometer, luego de eso sabrás que todo valió la pena, que no debiste dudar. Espero que estés tranquila, que tomes la decisión con calma, que no te sientas sola porque aunque tu familia no esté enterada de tu situación ni de tu decisión, ellos te apoyarán y estarán contigo, porque te aman y lo harán siempre.
La noche del 24 de septiembre me introduje las pastillas, esa noche empezó mi sangrado. Comenzó de manera muy dolorosa y abundante; tuve calambres, cólicos, diarrea, fiebre, sudor frío y escalofríos durante toda la noche. Cuando pude conciliar el sueño no desperté hasta el día siguiente. Mi sangrado duró 19 días, fue abundante y con dolor, no los mismos que tuve la primera noche, más leves. Si me preguntaran si lo volvería a hacer, diría que no; pero solo por los dolores que sentí, de todas formas no me arrepiento. Probablemente al verme nuevamente en esa situación volvería a intentarlo. Siento respeto por las mujeres que están en contra del aborto, también lo siento por aquellas que cargan con un peso emocional luego de haberlo hecho. Yo no cargo con nada. No me arrepiento, considero que tomé la decisión correcta y recomiendo esta medida para todas aquellas que no pueden o no se sientes capaces de ser madres en este momento. Yo sangré, yo sufrí dolores físicos, y sentí miedo. El miedo que tuve no fue solo por mí, fue por mi familia: no quería que ellos se enteren de la decisión que había tomado, porque también se enterarían de lo irresponsable que fui al quedar embarazada. Tuve miedo, además, porque en mi país el aborto es penalizado con cárcel. La cárcel no me asustaba, porque sabía que debía ser responsable y al tomar la decisión de abortar esa sería una de las posibles consecuencias. Lo que me asustaba era llevarme a mis seres queridos conmigo, el obligar a mi familia a cargar con ese peso, el obligar a mi pareja a vivir con ese estigma. Estaba dispuesta a asumir todo tipo de consecuencias mientras no me llevase a mis seres queridos conmigo, mientras ellos estuvieran bien. Hoy, luego de meses después de mi aborto, solo puedo aconsejarle a quienes estén en la disyuntiva de ser padres o abortar, que cualquiera de los caminos que escojan será el correcto mientras ustedes estén bien y sean felices. Yo sabía que con un hij@ en brazos a tan temprana edad no sería feliz, sería un peso que tendría que cargar toda mi vida, el peso de ser madre joven, prematura. No quería eso para mi vida, no quería eso para la vida de mi pareja, y no quería eso para mi familia. Te pido que, por favor, no solo pienses en ti, piensa en tu pareja, en su felicidad; piensa en tu familia, y en las oportunidades que ellos perderán o ganarán con la decisión que tomes. Tengo un hermano mayor, planea entrar a la universidad este año. Nuestra situación económica no es buena, en mi país la educación es excesivamente cara así que si no se endeudaba para pagar su carrera, debía trabajar para hacerlo. El traer un hijo al mundo no solo acabaría con mis sueños de tener un título profesional, de ascender en la escala social y sacar a mi familia adelante; sino también acabaría con los sueños de mi hermano, sus sueños de estudiar lo que a él le guste, sus sueños de aprender y de llegar lejos. Yo aborté, no solo por mí, aborté por los míos y por sus sueños. Me siento orgullosa porque sé que tomé la decisión correcta. Toda la sangre y el dolor valieron la pena. No tengas miedo, no morirás, infórmate y sé consecuente. Y por sobre todo: aprende la lección.
Tengo 17 años, estoy en tercero medio, planeo entrar a la universidad a estudiar licenciatura en matemáticas, luego pienso estudiar pedagogía y hacer clases en el colegio municipal donde yo estudié. No estoy preparada para echar todos mis sueños a la basura, no estoy preparada para arruinar la vida de mi familia, hundirlos aún más en la crisis económica que estamos viviendo. Sí me siento preparada para tomar una decisión por mí misma, sí necesité apoyo para hacerlo: el de mi pareja. Nunca olvides que la decisión de ser padres o no serlo la deben tomar juntos. Ni tus deseos de ser madre ni tus deseos de continuar tu vida tal cual estaba debían ser más fuertes que la confianza y el respeto que debías tener hacia quien te dejó embarazada. Ambos deben pensarlo tomando en cuenta todas las variables. No debes estar sola en este momento.
Did the illegality of your abortion affect your feelings?
No, estaba segura de lo que estaba haciendo. No solo lo hice por mí y mi futuro, también por mi familia y la familia de mi pareja.