Laura
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Desde que confirmé el embarazo, pensé cómo podría llevar a cabo el aborto. Siempre he sido muy libre, me gusta salir, divertirme, conocer personas y disfrutar de mi vida. Conocí un joven, era lindo, inteligente e interesante. Vivía y estudiaba en otra ciudad, por esa razón, decidí visitarlo en su apto de estudiante. Yo no usaba algún método anticonceptivo porque no mantenía una relación sexual prologada con la misma persona. Por supuesto, siempre usaba preservativo en cada acto. El día en que mi cuerpo empezó a engendrar un ser, ocurrió tras un verdadero accidente. Dicho accidente se presentó cuando el condón se salió y todo el semen quedó dentro mío, justo en mis días fértiles. Pues bien, a las 7 horas tomé la pastilla del día después y me tranquilicé porque nada más ocurriría. Lo peor estaba por venir... con una semana de retraso, mis senos no podían resistir ningún tacto, estaban duros y extremadamente sensibles. Un viaje de media hora en carro ya era perjudicial, tenía náuseas. Estaba muy cansada, dormía más de lo común. Me negaba a pensar que podria estar embarazada, creía que el retraso era el descontrol que generaba la píldora, y los síntomas eran el señuelo de mi próximo período. Con 15 días de restraso y 1 mes de gestación, decidí hacerme un test casero, de imediato marcaron dos líneas. No lloré, me quedé pasmada, asombrada, idiotizada. Cómo era posible que dos métodos anticonceptivos hubiesen fallado? Al día siguiente a primera hora, realicé el segundo test, era un embarazo rotundo. Llamé a una clínica legal que se encarga de realizar abortos en Colombia pero, acceder a esto era casi imposible en tan poco tiempo por su alto costo. No quería pasar más de una semana, la criatura seguiría creciendo!! Estaba enferma, no podía vivir así. Finalmente con este hombre que sólo había visto dos veces, decidimos comprar citotec por internet. Llegaban a domicilio y yo las esperaba con ancias. Quería recuperar mi vida, no podía imaginar qué ocurriría si el embarazo continuaba. Días más tarde llegaron, miraba mi estómago en el espejo y evidentemente había una pequeña hinchazón. Aborté en la noche, puse dos pastas debajo de mi lengua e introduje las otras dos. 20 minutos más tardes, todo mi cuerpo estaba temblando, tenía frío y calor, no podía controlar la manera en que me sacudia. 3 horas más tarde, comenzó el sangrado, tenía un pequeño malestar en el vientre pero no era algo exagerado. Sangre, más sangre, grandes coágulos, sangre, dolor leve. Estuve acostada, me sentía débil, iba constantemente al baño, esperaba que hubiera funcionado. Yo ya había leído todas las experiencias de otras mujeres, algunas decían que era un dolor inimaginable pero realmente no fue así. Era algo muy leve, soportable, incluso podía dormir pues levantarse de la cama tampoco era oportuno debido a la cantidad de sangre. Las primeras 24 horas las resumo en, dolor leve, sangrado, debilidad, reposo y sueño. Lo siguiente a esto, fue más fácil de llevar, no había tanta sangre y el dolor abdominal había prácticamente sucumbido. Esperé cuatro días para dirigirme a la clínica de mi EPS, seguía con un sangrado normal-poco. Allí, me juzgaron, me preguntaron, me señalaron, me llamaron irresponsable, me llamaron bruta, etcétera. Me realizaron una ecografía y era un aborto incompleto, tendrían que suministrarme más misoprostol para acabar con los residuos del embarazo. 3 días y cada 12 horas me introducían 4 pastas, había un sangrado moderado. Finalmente, cuando terminó el tratamiento, me realizaron otra ecografía donde había un aborto completo. Pude volver a mi casa, algo débil, con anemia, cansancio pero podría recuperar mi vida. Las incidencias del aborto se vieron reflejadas en la universidad, mi promedio quedó por el piso. Mi mala fortuna es algo que aun no comprendo, jamás me atrevería a realizar un coito sin condón, jamás me atrevería atrevería tener un hijo. Lo que más md molesta es la forma en que fui juzgada en la clínica, no fue mi irresponsabilidad. Opté por no usar un método anticonceptivo debido a sus incidencias a largo plazo, gordura, manchas, exceso de hormonas. Mi experiencia quiero dejarla para que otras mujeres tomen valor y decidan sobre su cuerpo. Busquen una clínica que pueda ayudarlas. Les digo que hoy, después de algunos meses, me siento tranquila. Sigo en mis cosas, y aunque a veces pienso cómo sería el rostro de mi hijo, sus manos y sus pies, prefiero vivir libre más aun cuando se es tan joven.
2015 Kolumbia
Fue buena, no hubo complicaciones y funcionó. No hubo un dolor tan grande, era muy leve.
Jamás quiero tener hijos y ocurrió por una mala fortuna.