Andi

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2018 Mexiko

Me siento bien respecto a la decisión que tomé y aliviada de que por fin todo haya pasado. Sólo desearía que hubiera más oportunidades para que todas las mujeres podamos elegir y ser apoyadas por igual.

En ocasiones, debido a problemas de estrés , puedo llegar a ser irregular en mi periodo, por lo que normalmente no me preocuparía por tener un retraso, pero llevaba un tiempo en tratamiento y mi periodo ya era más regular, además de que las náuseas matutinas y los ascos no eran normal en mí, por lo que empecé a sospechar y decidí hacer una prueba casera, tenía dos semanas de retraso para ese momento. La prueba salió positiva. Mi novio y yo justo acabábamos de terminar la relación, pero aún así él estuvo ahí en todo momento. Para estar más seguros, días después decidí hacerme una prueba de sangre. También dio positiva. Comenzamos a buscar opciones y di con varias clínicas en cdmx, las contacté de inmediato e hice una cita. Desafortunadamente en mi trabajo no tengo horarios fijos y aún si ya tengo un horario asignado, éste puede cambiar de un día a otro y son muy estrictos en cuanto a faltas y permisos, por lo que no pude asistir a mi cita, tuve que cancelar un día antes. Me sentía muy frustrada. Si bien no quería seguir con el embarazo, tampoco podía darme el lujo de perder mi trabajo. Vi que en algunas de las clínicas tenían la opción de enviar los medicamentos a tu domicilio por lo que de inmediato contacté con una, pero en vez de ayudarme, su respuesta me trajo mucho más miedo. Me decían el precio por enviarlas (diez veces más caro que lo que le costaría a una chica de Cdmx pedir las mismas pastillas), luego me decían que en el lugar en donde estaba no era legal dicho procedimiento, por lo cuál ellos me enviarían instrucciones escritas junto con las pastillas, pero que una vez enviadas ellos se quitaban de toda responsabilidad y ya no podría contactarlos en caso de alguna complicación. También me dijeron que debido a que lo hacía por mi cuenta, me aseguraban menos del 85% de éxito. Me sentía muy confundida, la clínica a la que contacté decía que se dedicaba a ayudar y ORIENTAR a mujeres en esta situación y era como si a mí me hubieran excluido por mi ciudad de origen. Esperé otro día para tomar valor y contactar otra clínica, en ésta fueron más amables, pero me dijeron que debido a que era foránea, no me recomendaban el tratamiento con pastillas y que lo único que podían ofrecerme era el procedimiento quirúrgico si acudía a su clínica. Para ese momento tenía casi siete semanas. No sabía que hacer y le platiqué la situación a un amigo, y el me dijo que me tranquilizara, que el conocía a una ginecóloga y tal vez ella podría darme una receta para conseguir las pastillas sin salir de la ciudad. Pasó semana y media antes de que ésto pasara, la ginecóloga no me dio receta, pero sí instrucciones de a qué farmacias podía ir y comprarlas sin receta. Mi novio fue quien acudió a una farmacia Guadalajara y compró las pastillas. Después nos hospedamos en un hotel, tomé iboprufeno antes de comenzar a tomar el misoprostol, pero si hizo alguna diferencia, no tengo idea. Puse la primera dosis de pastillas debajo de mi lengua y apenas pasados veinte minutos empecé a sentir mucho frío, y cólicos leves. Pasando la media hora me tragué los restos de las pastillas con suero, pero quince minutos después me comenzaron unas náuseas terribles y no pude evitar vomitar. No había comenzado a sangrar aún pero los cólicos taberna mucho más fuertes y no podía dejar de temblar, me abrigué bien y me quedé en cama, tuve algo de fiebre y creo que me quedé dormida un rato. Pasadas tres horas y media tomé la siguiente dosis, igual que con la primera, 45 min después comencé a vomitar y con diarrea, el dolor ya era muchísimo más fuerte, casi me era imposible levantarme, tenía que apoyarme en mi novio para todo, empecé a sangrar y media hora después el sangrado ya era mucho más abundante, tanto que prefería quedarme sentada en el baño por largo tiempo. Dos horas después el dolor bajó e intenté dormir pues me sentía muy débil. También intenté comer un poco y tomar suero para no deshidratarme. Mis intentos de dormir fueron inútiles pues aunque el dolor disminuyó por aproximadamente media hora, la diarrea y el sangrado no me permitían estar en cama. Llegó el momento de la tercera dosis y no voy a mentir, me costó mucho tomármela, mi novio tuvo que darme ánimo por que yo me sentía exhausta, sentía que ya no podía con más y que mi cuerpo se estaba dando por vencido. Me tomé la tercera dosis y durante la primer hora todo estuvo bien, mi novio me dio un masaje en las piernas y eso me ayudó con el dolor, cambié mi compresa y me quedé dormida un rato, pero luego todo empeoró, me desperté porque sentí que estaba empapada y en efecto, en menos de media hora había empapado la compresa y toda mi ropa. El dolor fue de cero a 100 en un minuto. Comencé a vomitar y la diarrea volvió. Otra vez no podía levantarme del baño pero ésta vez no tenía ni fuerza. Me metí a la regadera pues estaba sangrado tanto que no tenía sentido limpiarme, puse el agua casi hirviendo pero sólo así sentí un poco de alivio y digo un poco sin exagerar, el dolor era insoportable. Hubo un momento en que ya no pude mantenerme de pie, no tenía fuerza y sentía que el dolor me iba a enloquecer, no sé como describirlo. Me senté en la regadera y comencé a llamar a mi novio pues sentía que iba a desmayarme, el entro a la regadera conmigo y me decía que me mantuviera con él, que no me durmiera, pero apenas y podía, ya ni siquiera veía bien, por momentos veía todo negro y como un montón de luces pequeñitas. Si van a hacer un tratamiento por su cuenta en verdad no lo hagan solas, yo sé que cada cuerpo reacciona diferente pero no hay forma de saber exactamente a lo que nos afrontamos, en lo caso nunca pensé que fuera a ser tan doloroso y si no hubiera estado acompañada no sé que hubiera hecho. En esos momentos incluso llegué a pensar que iba a morir de tanto dolor, mi amigo llamó y me dijo que no me preocupara,que todo era normal y que ya estaba por terminar, que en caso de que siguiera igual me daba el contacto de un médico que me podía atender sin problema. Afortunadamente no fue necesario, como dijo, después de un rato el dolor fue bajando y gradualmente el sangrado también. Cuatro horas después de la última dosis pude comer sin vomitar y dormir un poco. Hoy es el segundo día y ya me siento mucho mejor, ya no tengo cólico y el sangrado aún continúa pero mucho más leve.

Hat die Illegalität Ihres Schwangerschaftsabbruchs Ihre Gefühle beeinflusst?

Sí. Para las mexicanas, la única opción legal es viajar a CDMX; para mi desafortunadamente,debido a mi trabajo, esta no era una opción viable. En donde vivo están buscando aprobar una ley para penalizar el aborto. Ésto no me hacía querer cambiar mi decisión, pero sí me dio mucha inseguridad y miedo, pues sentía que no tenía a nadie a quién acudir y que me proporcionará ayuda sin juzgarme. Fueron momentos muy confusos en los que mi única guía fueron las experiencias que leí aquí y en otras páginas de mujeres que han pasado por lo mismo. Por eso quise yo también escribir mi historia.

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