CINTIA
Yo aborté y no me arrepiento de ello.
2017 Argentina
Hace una semana me hice una interrupción. Lamentablemente tuve que esperar a que transcurrieran doce semanas para asegurar que el aborto se realice con efectividad. Fueron las semanas más díficiles y largas de mi vida; náuseas, dolor de cabeza, debilidad, y vómitos fueron los síntomas por los que tuve que pasar muy a mi pesar, disconforme con ello, pues yo no quería pasar por ello. Sufrí un montón. Sufrí por no poder contarselo a mis amigos y familiares ya que ellos no compartían esta visión pro - ABORTO. Sufrí porque me culpaba, no fui cuidadosa, por pensar que a mis 27 años esto nunca me iba a suceder A MI. Pensé que me encontraba lejos de embarazarme, me creí inerte a ello. Sin embargo me paso y no estaba en mi proyecto de vida ser madre en este momento. Afortunadamante, una amiga me ayudó y acompañó, asesorandome para poder realizarme la interrupción con asistencia médica. Me hice una primera ecografia en la cual solo se visualizaba el saco gestacional pero no el embrión. A las dos semanas, me hice otra ecografía, y si, escuché los latidos y vi el feto: quedé en shock. Pero la decisión estaba tomada. No quería ni podía tenerlo. Hablé mucho con mi amiga acerca de los pros y los cons de ser madre ahora y eran más los cons que me empujaban a realizarme la interrupción. Llegó el día. Por suerte mi hermana me acompañó. Fueron las diez horas más dolorosas de mi vida, y no solo por lo físico, sino también por lo emocional y la ilegalidad de tal procedimiento. Tuve fiebre, escalofrios, dolor fuerte en los senos, vómitos y mareos. Los síntomas esperados. Tuve mucho miedo de morir y no exagero. Los síntomas se acentúan a medida que transcurre la interrupción, y estar en casa, solo acompañada por tu hermana y no por un médico, asusta y mucho. Alrededor de las 00 hrs lo expulsé y lo ví. Lo primero que sentí fue alivio, pero minutos después sentí mucha culpa, y aún la siento. No es culpa por no haber continuado con el embarazo, sino más bien culpa por no haber sido precavida y tener que haber atravesado por todo esto. Aún tengo pesadillas del día en el que aborte, de haber tenido que involucrar a mi hermana (hoy con 25 años pero quien se realizó un aborto a sus 15 años; no quería que reviviera ese momento pero ella estuvo conmigo y me acompañó como nunca imaginé). Creo que contar mi experiencia va a ayudar a otras chicas a no tener miedo, a buscar ayuda médica y de amistades confiables. Nos atormenta aún cuán tabú es un aborto en nuestra sociedad. Tenemos que revertirlo. No tenemos que sentirnos culpables por tener la posibilidad de decidir sobre nuestro cuerpo. No debemos sentirnos culpables por no querer traer una vida no deseada a este mundo de mierda. Agradezco a quienes lean mi testimonio. En mi opinión contarlo alivia un poco el dolor que una siente en el alma porque aunque la decisión de abortar nunca fue puesta en duda, como mujer duele profundamente tener que atravesar por ello.
Fue efectiva y segura.
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Hace una semana me hice una interrupción. Lamentablemente tuve que esperar a que transcurrieran doce semanas para asegurar que el aborto se realice con efectividad. Fueron las semanas más díficiles y largas de mi vida; náuseas, dolor de cabeza, debilidad, y vómitos fueron los síntomas por los que tuve que pasar muy a mi pesar, disconforme con ello, pues yo no quería pasar por ello. Sufrí un montón. Sufrí por no poder contarselo a mis amigos y familiares ya que ellos no compartían esta visión pro - ABORTO. Sufrí porque me culpaba, no fui cuidadosa, por pensar que a mis 27 años esto nunca me iba a suceder A MI. Pensé que me encontraba lejos de embarazarme, me creí inerte a ello. Sin embargo me paso y no estaba en mi proyecto de vida ser madre en este momento. Afortunadamante, una amiga me ayudó y acompañó, asesorandome para poder realizarme la interrupción con asistencia médica. Me hice una primera ecografia en la cual solo se visualizaba el saco gestacional pero no el embrión. A las dos semanas, me hice otra ecografía, y si, escuché los latidos y vi el feto: quedé en shock. Pero la decisión estaba tomada. No quería ni podía tenerlo. Hablé mucho con mi amiga acerca de los pros y los cons de ser madre ahora y eran más los cons que me empujaban a realizarme la interrupción. Llegó el día. Por suerte mi hermana me acompañó. Fueron las diez horas más dolorosas de mi vida, y no solo por lo físico, sino también por lo emocional y la ilegalidad de tal procedimiento. Tuve fiebre, escalofrios, dolor fuerte en los senos, vómitos y mareos. Los síntomas esperados. Tuve mucho miedo de morir y no exagero. Los síntomas se acentúan a medida que transcurre la interrupción, y estar en casa, solo acompañada por tu hermana y no por un médico, asusta y mucho. Alrededor de las 00 hrs lo expulsé y lo ví. Lo primero que sentí fue alivio, pero minutos después sentí mucha culpa, y aún la siento. No es culpa por no haber continuado con el embarazo, sino más bien culpa por no haber sido precavida y tener que haber atravesado por todo esto. Aún tengo pesadillas del día en el que aborte, de haber tenido que involucrar a mi hermana (hoy con 25 años pero quien se realizó un aborto a sus 15 años; no quería que reviviera ese momento pero ella estuvo conmigo y me acompañó como nunca imaginé). Creo que contar mi experiencia va a ayudar a otras chicas a no tener miedo, a buscar ayuda médica y de amistades confiables. Nos atormenta aún cuán tabú es un aborto en nuestra sociedad. Tenemos que revertirlo. No tenemos que sentirnos culpables por tener la posibilidad de decidir sobre nuestro cuerpo. No debemos sentirnos culpables por no querer traer una vida no deseada a este mundo de mierda. Agradezco a quienes lean mi testimonio. En mi opinión contarlo alivia un poco el dolor que una siente en el alma porque aunque la decisión de abortar nunca fue puesta en duda, como mujer duele profundamente tener que atravesar por ello.