Fabiana
y te lo cuento
2019 Chile
Excelente, mejor de la que pensé. Tuve la fortuna de contar con mi pareja en todo momento como también con la compañía de amigos cercanos. El procedimiento no tardó más de cinco horas.
آیا غیرقانونی بودن سقط جنین بر احساسات شما تأثیر گذاشته است؟
Efectivamente. Las imposiciones morales fueron las que en un momento me hicieron cuestionarme sobre mi decisión, aunque no lo lograron. Deseo de corazón el aborto se legalice y garantice en todas sus causales como también deseo que se fomente la educación afectiva y sexual de calidad para así evitar maternidades obligatorias y otros pesares.
واکنش دیگران نسبت به سقط جنین شما چیست؟
Buenos días a todas. Hoy deseo compartir mi testimonio respecto a lo que fue mi reciente aborto, esperando les ayude y reconforte en lo que decidan. Con fecha primero de marzo me realicé una prueba de embarazo, con apenas un día de atraso en el período. Los dos últimos años planificaba con el método del calendario y el preservativo combinados y no había tenido ningún problema hasta el momento. Mi ciclo era regular como un reloj e intuía que algo no andaba bien. Justo me habían pagado mi primer sueldo y aproveché, en horario de trabajo, para realizarlo. Utilicé una prueba de las baratas del Dr. Simi. Salió positiva al instante, con una línea delgadísima. Para salir de las dudas compré otro de estos digitalizados de ClearBlue. Positivo. Estaba embarazadísima. Me puse nerviosa y avisé a mi jefatura para salir del trabajo de inmediato y fui donde mi pareja. Con él llevamos casi cuatro saliendo, interrumpidamente, aunque últimamente nos afirmamos bien, y ocho de conocernos. Conversamos sobre lo sucedido y me acompañó en mi decisión. Yo estaba clara desde el principio que debía de abortar, no podía permitirme tener otro hijo. Con veinticuatro años, un hijo de seis de otro padre (el cual sí planeamos y contó desde el principio con todos sus cuidados desde la concepción), yo sin terminar mis estudios superiores y pagando arriendo junto con mi papá, mi hijo y su padre (con quién siempre hemos tenido una buena relación, somos como hermanos) y apenas con un trabajo que recién había conseguido. Mi pareja, sin trabajo y en proceso de finalizar sus estudios universitarios, viviendo de allegado en casa de sus abuelos. No era favorable para mí ni para nadie la llegada de este hijo, además había consumido alcohol y fumado durante el último tiempo, lo que tampoco aseguraba que viniera del todo sano. En lo personal, tengo en mis planes futuros tener otro hijo, pero mucho más adelante. Ya lo tenía decidido, abortaría esta vez. Nos pusimos en contacto con una organización nacional que ayuda a las mujeres en la misma situación y simultáneamente con Women On Web. Sorpresivamente tuvimos respuesta de WoW casi al instante y acordamos debidamente para obtener la medicación. Durante el tiempo que transcurrió entre el conocimiento de la noticia y la llegada de los medicamentos surgieron muchas dudas, miedo y pensamientos negativos respecto a lo decidido. Me sentía sola, me odié, y odié también a mi entorno, además se presentaron también los molestos síntomas de embarazo que fueron las náuseas, dolores de cabeza, pecho, somnolencia y mal humor. Discutimos mucho con mi pareja que, aunque tuvo que lidiar con mis achaques y mal ánimo, siempre me acompañó. Pasando los días confíe también en personas cercanas y di cuenta que está situación se les había dado a más de alguno de ellos (lo mismo con mi pareja quién recibió el apañe de uno de sus mejores amigos y amigas quienes le apoyaron en lo decidido y en el proceso, ¡También habían abortado!) comentándome con naturalidad su experiencia, dándome consejos y deseándome siempre lo mejor. También lo comenté con el padre de mi hijo quién en un principio se desconcertó pero me apoyó todo el tiempo. Respecto a lo familia, mi papá nunca se enteró, mucho menos mi hijo. Sí mi hermano menor, quién me apoyó, y mi mamá quién me apoyó parcialmente al igual que dos de mis primas quienes se encuentran embarazadas en este momento y dentro de la poca empatía e ignorancia no me apoyaron totalmente en mi decisión, incitándome a no hacerlo y tratando de imponerme cuestiones morales que no venían al caso. Asumo que tuve noches difíciles, de llanto y desconcierto, pero no impidieron que cambiase de opinión. Cuando llegó la medicación, en un plazo exacto de tres semanas (yo tuve la fortuna de enterarme de mi estado con apenas cuatro semanas, aunque el acuerdo con WoW lo finalicé teniendo seis por dificultades económicas de mi parte), yo ya tenía 9+3. Llegó el día de realizar el procedimiento. Con muchas ansias comencé con la Mifepristona llegando a casa luego del trabajo. Al día siguiente llegué a casa de mi pareja e iniciamos el procedimiento, con mucha calma y naturalidad. Media hora después de la primera dosis de Misoprostol, manifesté muchos escalofríos. Luego de tres horas el sangrado no comenzó, por lo que utilicé una segunda dosis, tomé Ibuprofeno entre ambas tomas para prevenir el dolor. A la hora siguiente, entre calambres dolorosos pero soportables (similares a los de mis menstruaciones que por lo general son extensas y dolorosas), y acompañada en todo momento por mi pareja quien me contenía, atendía y abrazaba, comencé con el trabajo de aborto. Fui al baño, sola, puesto que no me sentía impedida de todo, y la expulsión de los vestigios de mi embarazo fueron casi al instante de sentarme en la taza del baño. Entre coágulos de sangre y fluidos, expulsé la placenta y posteriormente el producto final. Lo contemplamos por un momento junto con mi pareja y procedimos a deshacernos de él. Una calma tanto mental como física se produjo de inmediato. Luego volví a la cama, con mucha hambre, conversamos y regaloneamos con mi pareja y me quedé dormida. Luego desperté a cambiarme la toalla higiénica y volví a dormir. A la mañana siguiente me sentí de lo más bien, un poco resentida en la zona abdominal nada más. El sangrado era moderado y acompañado de calambres similares a los menstruales. Me aseé, desayuné, tomé otro Ibuprofeno y me fui a trabajar esa misma mañana. Han pasado dos días de haber realizado el procedimiento y actualmente me encuentro bien, sin remordimientos ni dolores físicos importantes. Si bien fue una situación angustiante, que no me gustaría volver a repetir, comprendo que ya sucedió, que fue exitoso y hoy me encuentro en paz conmigo misma y me queda la experiencia y ser más rigurosa conmigo misma. Aunque, si por lo pronto y por algún motivo o razón volviese a estar en la misma situación, lo haría nuevamente, sin dudar.